Colombia es un país multicultural. Posee conocimientos propios de las comunidades afrodescendientes, indígenas, Rom y también enseñanzas de la sabiduría popular. La medicina tradicional es el reconocimiento de los saberes de las comunidades minoritarias
La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la medicina tradicional como prácticas, conocimientos y creencias sanitarias que se basan en plantas, minerales y animales, terapias espirituales, mentales y físicas en las que la comunidad es tratada de manera individual o colectiva. Su fin es mantener el bienestar general y las tradiciones que permiten que su cultura permanezca a través del tiempo.
Colombia es un país multicultural. Posee conocimientos propios de las comunidades afrodescendientes, indígenas, Rom y también enseñanzas de la sabiduría popular. La medicina tradicional es el reconocimiento de los saberes de las comunidades minoritarias, enseñanzas que le han dejado al mundo occidental el conocimiento para desarrollar medicinas que provienen de la naturaleza y de la rica biodiversidad que caracteriza a nuestro país.
Generalmente, los saberes tradicionales de los pueblos indígenas de Colombia, están mediados por un sabio, que suele caracterizarse como taita, jaibaná, payé, piacha, kareka, entre otros nombres que varían según la comunidad y la localización geográfica. Ellos son los encargados de brindar las terapias individuales o colectivas, y de preparar a los futuros sabios en el conocimiento ancestral. Lo que diferencia a cada comunidad son las maneras de entender su relación con la naturaleza y el cosmos; dependiendo de esa cosmovisión desarrollan sus terapias curativas y las sustancias naturales que utilizan para sanar.
En la medicina tradicional de las comunidades afrodescendientes también existe un experto que trata a la colectividad: curanderos, santeros o babalaos transmiten los conocimientos terapéuticos que les pueden brindar las plantas y los rituales que el legado del patrimonio sociocultural afro ha dejado con el tiempo. Los curanderos afrodescendientes conocen y se relacionan con el ambiente y construyen el tejido social; ellos tratan las mordeduras de serpientes, la fiebre y otros males con las plantas que la naturaleza les ofrece.
Este legado cultural de las comunidades y etnias de nuestro país se ha transformado con el tiempo. El desplazamiento forzado y la globalización han impactado de manera negativa en las costumbres de los pueblos, y aunque persistan en las zonas más remotas del país, es importante mantenerlas vigentes porque hacen parte del patrimonio cultural de la nación.
Preservar estos conocimientos y unir esfuerzos con el saber tradicional es una de las obligaciones que tiene nuestro sistema de salud. Esta sabiduría hace parte de las costumbres de las comunidades y muchas veces, por encontrarse en zonas alejadas de puntos de atención en salud, son la única forma en que los pacientes pueden acceder a un tratamiento, es por ello que tanto Estado como sociedad deben reconocer su existencia y protegerla. Solo así se logrará mejorar la calidad de vida de estos ciudadanos, respetando su cosmovisión y cultura.
Para tener en cuenta:
Yagé o Ayahuasca: es una planta sagrada, considerada como medicina espiritual y corporal que es usada en la Amazonía colombiana. El taita prepara una bebida y dirige todo el ritual para que las personas que la beban entiendan los mensajes que la planta sagrada les otorga.
Santería: Es una práctica que pertenece a los descendientes de los esclavos negros, en la cuál se mezclan los santos cristianos con los dioses que provienen de África. Por medio de trances, rezos y baños, los creyentes se comunican con los dioses.
Enteco de difunto: Robo de energía que puede producirse por ver a un muerto. En algunas culturas los niños no deben llevarse ante los muertos porque su energía puede entrar al cuerpo de ellos y su ser se secará.
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