Anualmente naciones de todo el mundo conmemoran el Día de la Salud Mental para resaltar la importancia que tiene la atención integral de los trastornos mentales en la calidad de vida de los ciudadanos. En esta fecha el acceso de las personas a tratamientos de calidad desde temprana edad es puesto en el centro de la discusión con el fin de que la desatención reduzca sus niveles año a año.
Durante 2016 el mundo ha presenciado catástrofes ambientales y humanas. Con dos guerras civiles en Siria y Sudán del Sur, que suman más de 450.000 muertos, y una crisis migratoria que ha cobrado 10.000 vidas, se necesita pensar en la atención urgente que necesitan las víctimas en los diferentes contextos. Por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS), decidió conmemorar la importancia de la primera ayuda psicológica universal (PAP): que es la atención inmediata que se presta a las personas que sufren trastornos psicológicos tras haber sobrevivido una crisis.
Un enfoque más humano
Los primeros auxilios psicológicos son uno de los componentes del Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2020, al que los gobiernos se comprometieron con la OMS. La PAP es un tipo de atención comunitaria que puede aportar importantes soluciones dentro de la inmediatez de los eventos.
Esta estrategia involucra a todos los individuos de una sociedad, sin importar su profesión, ya que pueden brindar ayuda y apoyo práctico a las personas que se han enfrentado un momento de crisis reciente y que pueden ocasionarles daño a otros o que estén tan alteradas que no puedan ocuparse de sí mismas o de sus hijos.. Es una ayuda que debe realizarse en el marco del respeto a los derechos humanos, la seguridad y la dignidad, adaptando un enfoque intercultural (que la propia acción se adapte a la cultura de las personas) y manteniendo siempre actos honrados y dignos de confianza.
Algunos consejos que da la OMS para actuar en la PAP son:
Respetar el derecho de las gente a tomar sus propias decisiones.
Mantener al margen prejuicios y preferencias.
Dejar claro a la gente que incluso si rechazan la ayuda ahora, podrán recibirla en el futuro.Respetar la privacidad y mantener la historia de la persona confidencial, salvo imperativos.
Respetar el diálogo teniendo en cuenta la cultura, edad y género de la persona.
Observar: detectar personas que tengan graves niveles de angustia.
Escuchar: preguntar qué necesitan las personas y qué les preocupa.
Conectar: ayudar a las personas a resolver sus necesidades básicas, acceder a los servicios, brindar información y poner en contacto a los afectados con sus familias, líderes sociales o redes de apoyo social.
Comments